Carta de instrucciones para una despedida
A mis estudiantes de Taller de Lenguaje,
No sé muy bien por dónde comenzar, hay muchas cosas por decir. Por eso, he decidido escribir algo que he denominado carta de instrucciones para una despedida.
Agradezco el hermoso gesto de hacer y ser parte de todas las dinámicas propuestas en el Taller de Lenguaje. Me resulta particularmente enigmática la manifestación de su pensamiento, patenta una toma de posición moral y política pero también una preocupación estética latente en cada uno de nuestros encuentros: fueron breves pero llenos de sentido. Algunos dirían que son más significativos en cuanto más breves fueron. Ojalá la memoria no confunda brevedad con olvido. Esos hermosos gestos contribuyen al contagio afectivo espectacular, incompleto y contraído entre estudiante-estudiante, estudiante-docente y viceversa; es un fragmento de expresión, cuyo contenido aún está por descubrirse en ustedes y en mí.
¿Qué vendrá? Bueno, ustedes continuarán su trayectoria académica, la que espero, no sea sólo un paso curricular, sino una forma de ver y sentir la vida. De ahí que, por todas estas razones parece especialmente adecuado seguir poniendo telas de juicio en forma de clases abiertas a las que siempre estarán invitados. En Letras de una abogada seguiré realizando actividades didácticas, feedback o retroalimentaciones, recomendaciones por el amor al arte, a la educación y al derecho. Los invitados y las temáticas seguirán siendo apuestas por y para el pensamiento.
Gracias por su hermoso gesto.
La instrucción final es continuar con él.
Un abrazo, hasta las próximas letras con un café o un poema.
